
Siglos atrás, los griegos y romanos fueron los pioneros en construir termas y balnearios para aprovechar los beneficios saludables y curativos del agua. En la actualidad, la medicina tradicional también utiliza este método en pacientes, como parte integral de terapias de curación y como medio de prevención de enfermedades. Hablamos de la Hidroterapia. ¿En qué consiste esta técnica? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Tiene contraindicaciones? Todas las respuestas, a continuación:
Qué es la Hidroterapia
La hidroterapia (del griego hydro “agua” y therapia “curación”), es un procedimiento que consiste en el tratamiento de enfermedades, malestares y lesiones utilizando agua.
A través de sus variadas aplicaciones –en piscinas, con chorros, compresas o baños-, es una valiosa herramienta empleada para estimular o relajar el sistema nervioso, combatir afecciones respiratorias y tratar múltiples cuadros patológicos.
Los beneficios de la Hidroterapia
La hidroterapia revitaliza el organismo por completo y estimula el sistema inmunitario. La reacción del cuerpo a los estímulos de agua fría o caliente con diferentes temperaturas, proporcionan muchos beneficios a quienes utilizan estas técnicas.
Algunos de ellos son:
- Mejora la circulación sanguínea, calmando cefaleas y dolores lumbares.
- Efecto sedante: provee relajación física de los músculos y psíquica, que ayuda a atenuar cuadros de estrés y de ansiedad.
- Aumenta la resistencia muscular, aliviando contracturas, calambres, tendinitis y otras lesiones.
- Indicado para quienes padecen afecciones respiratorias, como asma o bronquitis, porque descongestiona de manera natural las fosas nasales.
- Recomendado para el tratamiento de la artritis y otras enfermedades reumáticas.
- Estimula y mejora el sistema inmunológico.
- Atenúa dolores de espalda y en articulaciones, ayudando a calmar malestares.
- Mejora problemas de la piel como la psoriasis.
- Ayuda en cuadros de insomnio o estados depresivos.
- Brinda bienestar general en el cuerpo, a nivel físico y emocional.
¿Agua fría o caliente?
El agua caliente se utiliza para relajar y estimular el sistema inmunológico. Apacigua los dolores y elimina los desechos del cuerpo. Muy recomendado para personas con problemas de huesos o articulaciones.
Mientras que el agua fría es ideal para reducir las inflamaciones, mejora la circulación sanguínea y aumenta los niveles de energía en el cuerpo.
¿Un consejo? La combinación de ambas temperaturas otorga grandes beneficios para la salud. Así que ¡anímate a probar de las dos formas!
Todos estos factores hacen que las actividades terapéuticas en el agua sean una gran opción a la hora de elegir una actividad física o de llevar a cabo tratamientos de recuperación.
No obstante, es importante consultar con su médico de cabecera antes de realizar algún tipo de tratamiento con hidroterapia. Ya que, si bien es recomendado para muchos pacientes por su poder curativo, aquellas personas con hipertensión, insuficiencia renal o diabetes, deben estar supervisadas correctamente.
Lo mismo ocurre en el caso de mujeres embarazadas, personas de edad avanzada o niños de corta edad.
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