Las caminatas diarias, el mejor consejo: contribuyen a bajar y conservar el peso

Las caminatas diarias, el mejor consejo: contribuyen a bajar y conservar el peso.

En estos días  el  tener una figura esbelta y tonificada es símbolo de éxito y belleza, y sin querer lleva a muchas personas a tomar medidas drásticas para lograr llegar a alcanzar tal  estereotipo. En realidad lo que hay que saber interpretar es que detrás de muchos de esos íconos “superficiales” hay adoptar una conducta saludable, sin caer en los extremos, basada en unos pocos y fundamentales hábitos: alimentación equilibrada y saludable combinada con una rutina activa y caminatas diarias.Muchos son los estudios científicos realizados en diferentes partes del mundo que coinciden en que la clave de la salud física y orgánica se basa en regular el metabolismo.

De manera simple, para que todos comprendan, podemos definir al metabolismo como a la suma de procesos químicos y físicos de nuestros organismos que  utilizan o transforman  energía (la energía  que  incorporamos cuando ingerimos  comidas y bebidas). Entre estos muchos procesos podemos nombrar  la respiración, la digestión, la  eliminación de desechos, el mantenimiento de temperatura corporal, contracción muscular y todo el resto de actividades que normalmente forman parte de nuestra vida.

Ahora bien, nosotros incorporamos cierta cantidad de energía básicamente para mantener activo dicho metabolismo, pero algunas personas incorporan mucha más energía de la necesaria, o en otros casos el metabolismo no funciona normalmente y consume menos cantidad de la energía disponible. En ambos casos este excedente energético se transforma en reservas y en demasía termina en  sobrepeso.

Sin querer el hecho de tener un exceso de peso contribuye al sedentarismo. Esto se convierte en un círculo vicioso: la pesadez física  hace que la persona se mueva menos, que opte por mayores comodidades y que cada actividad implique menor esfuerzo. Y muchas veces sin darse cuenta terminan afectado al estado de ánimo y la autoestima reforzando aún  más este mal hábito: horas sentadas frente al televisor por ejemplo comiendo, en lugar de disfrutar de un día de sol en el parque.

Para ayudar a mantener el equilibrio metabólico y romper con este círculo, investigadores estadounidenses sostienen que la clave reside en modificar las actividades del día a día, por ejemplo caminar las diez cuadras hasta la farmacia en lugar de tomar el autobús, en vez de usar el ascensor optar por las escaleras, dejar de usar la lavadora de platos y lavarlos a mano.

Es ya un hecho que las caminatas regulares aumentan el ritmo metabólico.  Si paulatinamente se logra llegar a realizar una caminata a buen ritmo unas cinco veces a la semana por 30 minutos generamos un aumento en el metabolismo, que con cierta continuidad llega a  durar varias horas después del ejercicio por lo cual  se continúan consumiendo calorías a una velocidad más rápida aún luego de finalizada la caminata y  en estado relajado.

En el caso de una persona con exceso de peso y metabolismo algo más lento que alguien normal y sanamente delgado, caminar  hace que queme calorías y contribuye a disminuir tal exceso.

Caminar en casos de ansiedad o estrés actúa regulando el apetito debido  al aumento de la producción de  serotonina, que en ciertos niveles de concentración en el cerebro suprime el apetito. Además  el caminar fomenta la producción de la hormona noradrenalina, la que además de aumentar el ritmo metabólico también interviene en  disminuir el apetito. A la par de esta movida química  aumentan los niveles de adrenalina, útiles para movilizar la grasa de las células que son quemadas por la energía del ejercicio.

Caminar ayuda a acelerar el transito lento: al estar más activos y beber mucho más líquido debido a la actividad física es más fácil evacuar los intestinos y los riñones también.

No olvidemos que caminar también despeja la mente, renueva el aire y ayuda a combatir el estrés. Nada más reconfortante que caminar disfrutando de un buen paisaje y desconectarnos de la rutina.

Es fundamental para complementar esta actividad es ir adquiriendo buenos hábitos alimenticios: ingerir más agua,  incorporar más fibras y alimentos menos procesados, eliminar los excesos en harinas y grasas.

Luego de haberse enterado de todos estos beneficios y tomar en cuenta estos consejos, no dudes en ponerlos en práctica y mejor aún si se cuenta  el apoyo de un médico.  A no dudar en implementarlas para bajar y conservar el peso, que las caminatas sean el comienzo.

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