
La música es un producto cultural y como tal acompaña a los seres humanos desde sus orígenes como especie. En su forma más basal se trata de combinar y organizar coherentemente varios sonidos paralelos y silencios, todos estos juntos, originando así una armonía. Ambos: música y seres humanos, evolucionaron prácticamente de la mano, así es que como buen arte está cargado de sentimientos, subjetividad e historia propios desde sus inicios según las diferentes culturas, las que en su mayoría se valieron de ella como medio de sanación para el cuerpo y el alma.
Esta maravillosa creación del hombre está especialmente llena de energía subjetiva y sirve para expresar, enseñar y comunicar con un lenguaje propio distinto al verbal, sentimientos, acontecimientos, comportamientos al mismo tiempo que genera diversas respuestas y efectos en quienes la escuchan. Tal es así que desde la prehistoria y a través del tiempo hasta nuestros días se fue dando forma a lo que se conoce como musicoterapia, este arte que hecho ciencia es una alternativa médica elegida por muchos profesionales de la salud en diferentes áreas.
Según la Federación Mundial de Músicoterapia la Terapia Musical es el uso de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo, en un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. La musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra-interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento” (World Federathion of Music Teraphy).
Numerosos son los testimonios de quienes llevan a cabo tratamientos con música, siendo más comunes entre pacientes con autismo, Alzheimer, insomnio, desordenes cognitivos y madurativos. El fundamento principal se encuentra en que el estímulo musical produce reacciones a niveles tanto físicos como químicos con un efecto asombroso.
La música no solo sirve para entretenernos, expresar estados de ánimo, movilizar masas, unir diferentes culturas y originar amistades, la música alivia heridas físicas y emocionales, la música también sana.
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