El principio de un buen maquillaje, es contar con los productos adecuados para cada necesidad. Es fácil ver que cualquier profesional despliega para trabajar un maletín lleno de muchísimos productos, y claro, el resultado al que llegan es excelente. Pero no se trata de comprar productos por que sí, sino de saber el uso específico de cada uno. Por eso, en este post aprenderemos a diferenciar entre corrector e iluminador, ya que son similares, pero no son lo mismo.
Diferencias entre corrector e iluminador
En principio, el iluminador no tiene el poder cubritivo para tapar las ojeras o manchas, mientras que el corrector no se llega a fundir con la piel para generar toques sutiles de luz y brillo en el lugar indicado, lo que ayuda a que el rostro se vea más fresco y luminoso. Esto sucede porque el fin del corrector es ocultar imperfecciones, mientras que el del iluminador es aclarar las zonas del rostro, para generar mayor volumen como efecto visual: el arco de las cejas o la parte alta de las mejillas, por ejemplo.
Por su parte, el corrector tiene una textura más densa para cumplir con su función, que es camuflar y no destacar, aunque suele tener un tono más claro que el de nuestra piel. Además, se aplican en diferentes momentos del maquillaje. El corrector se aplica primero, incluso por debajo de la base de maquillaje. En cambio, el iluminador se aplica al final, cuando se ha terminado de maquillar el rostro, para dar toques de luz que crean ese efecto visual tan atractivo.
El corrector se aplica sobre ojeras, cicatrices, granitos o manchas. La recomendación general es elegir un tono más claro que el de la base, pero si las ojeras son muy violetas o marrones, se sugiere optar por un tono rosado o anaranjado. En cambio, si son muy oscuras o de tonalidad verdosa, un corrector de color anaranjado será el que mejor cubra. Para ocultar granitos o rosácea, dan mejores resultados los correctores de tono verdoso.
Se aplica antes de la base, apenas unas gotitas desde el lagrimal al otro extremo del ojo, dibujando un triángulo invertido hacia tus mejillas. Distribuir con pequeños golpecitos con la yema de los dedos. No se debe aplicar jamás corrector sobre los párpados, ya que descompone la sombra de ojos.
El iluminador se aplica en las partes más sobresalientes del rostro, donde incide la luz: la parte alta del pómulo, el arco de los labios, el tabique de la nariz, el mentón, el centro del párpado móvil y el lagrimal.
El tono elegido debe ser siempre más claro que tu piel, algunos son más rosados y otros más amarillentos, se debe optar por aquel que se funda mejor con el tono natural del cutis.
Se aplica como el toque final del maquillaje. Muchos tienen pincel aplicador, pero al igual que con el corrector, se debe difuminar con golpecitos con la yema del dedo. No se debe utilizar nunca como corrector de ojeras, porque no dará resultado.
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