Aciertos y errores de belleza en la ducha

En nuestra vida moderna el tiempo siempre escasea, y no son pocas las mujeres que encuentran en la ducha una oportunidad de cuidar su belleza – a veces, es la única que tienen en todo su día. Es así como se producen aciertos y errores de belleza en la ducha, pues algunas cosas las hacemos bien y otras, no tanto. Veamos entonces cuáles son cada una de ellas.

Muchas prefieren lavar su cabello al final. Pero hacerlo antes de limpiar el rostro, implica que podemos ensuciar nuestro cutis con los productos capilares como el acondicionador, que podrían causar acné o irritación. Procura siempre limpiar la piel del rostro después de lavar el pelo.

También hay quienes prefieren utilizar esponja. Lo cierto es que ésta puede convertirse en un medio de cultivo de muchísimas bacterias, que podrían ingresar a la piel por pequeñas heridas o incluso, mediante pequeñas excoriaciones que la propia esponja puede producir, y así generar infecciones cutáneas. Por eso, si prefieres el uso de la esponja, mejor opta por lavarla y secarla bien luego de cada uso.

Lavarse el pelo o incluso ducharse demasiado seguido, puede ser perjudicial para la belleza de la piel y el cabello. Las duchas frecuentes, o peor aún, el uso de exfoliantes con excesiva frecuencia – más de dos veces por semana – pueden causar que la piel y el pelo pierdan sus aceites naturales, causando resequedad e irritación. Incluso, a veces como un efecto defensivo de la piel y el cuero cabelludo, se puede generar un exceso de oleosidad si se realizan duchas con demasiada asiduidad.

En invierno, la tentación de una ducha caliente es obvia, pero bañarse con agua a excesiva temperatura, puede causar el mismo efecto que las duchas frecuentes: resquedad excesiva en piel y pelo, y en ocasiones un exceso de oleosidad debido a que la piel intenta defenderse de la agresión. Utiliza siempre agua tibia, sécate con una toalla dando golpecitos y aplica una crema humectante después de bañarte.

El agua caliente seca el cabello, así que enjuágalo con el agua más fría que puedas soportar al final, para lograr una melena brillante.

Muchas mujeres aprovechan la ducha para rasurarse las piernas, pero hacerlo no bien entran a la ducha es un error, que puede generar los indeseables vellos encarnados. En cambio, esperar al final de la ducha, hará que el agua y el calor ablanden los vellos y dilaten los poros, con lo cual se hará más fácil el proceso, y se evitan los malos resultados. Desde luego, utiliza siempre rasuradoras nuevas, con buen filo, y no reutilices las desechables.

A la hora de lavar el pelo, un error frecuente es no lavar todos los sectores de la cabeza. Asegúrate de distribuir el champú equitativamente, sin olvidar lavarte la nuca, especialmente si tienes cabello largo.

Muchas optan por desenredar el cabello al bañarse, pero el pelo húmedo es más vulnerable a quebrarse por los tirones. Mejor es desenredar con paciencia antes de la ducha,  comenzando por las puntas para seguir con la parte de arriba. Después de bañarte, cepíllate nuevamente.

Con estos consejos, tu ducha se volverá tu ritual de belleza diario. Asegúrate de convertirlo en un momento especial para ti, y prodígate todos los cuidados.

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